Sanidad y propósito: Confiando en el plan de Dios
- Juan Carlos Cárdenas
- 15 mar
- 2 Min. de lectura
Vivir circunstancias que llevan al límite de la vida puede traer conciencia de la Misericordia y la Gracia de Dios. Un milagro es esperado para recibir sanidad, especialmente si la enfermedad podría conducir a la muerte. Sin embargo, en Cristo siempre habrá esperanza de seguir viviendo.
Los milagros se reciben por Gracia, Misericordia y por el propósito de Dios con nosotros. Fuimos creados dentro de Su Plan, que se cumplirá, Él jamás permitirá que nuestra vida se escape de Sus Manos. Una enfermedad deprime y hasta podría llevarnos a perder la esperanza de vivir, a olvidar el propósito de Dios y a centrarnos en el problema que nos aqueja.
Cambiemos nuestra forma de pensar: Dios no nos quiere enfermos, en el cielo no hay enfermedad, nos quiere sanos para cumplir Su Plan.
Mis planes deben alinearse con los Suyos; “Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos” (Pv. 16:9) ¿Estás enfermo/a? Pregúntale a Dios qué planes tiene contigo. ¿El temor a la respuesta te impide preguntar? Ora y Él te librará de todos tus temores (Sal. 34:4). Dios te señalará el camino: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que andarás; sobre ti fijaré mis ojos” (Sal. 32:8). El plan Divino incluye riqueza, honra y larga vida; solamente pide humildad y temor del Señor (Pv. 22:4). Dejemos atrás toda altivez y abandonémonos en Sus Brazos; si Él perdonó nuestros pecados, también sanará nuestras enfermedades. (Sal. 103:3)
¿Desesperado/a por tu enfermedad? Ora, Él te salvará de todas tus dificultades (Sal. 34:6). Confía, Dios obrará, declararás el Salmo 119:71 “El sufrimiento me hizo bien, porque me enseñó a prestar atención a tus decretos” proclamarás: “Jamás olvidaré tus mandamientos, pues por medio de ellos me diste vida” (Sal. 119:93).

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